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Entrevista a Virginia Martínez en La Segunda.

  • 13 oct 2017
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 27 sept 2019

La profesora que creó un método para para enseñar a los niños a escribir bien.


Fue hace 10 años cuando la profesora y psicopedagoga Virginia Martínez optó por dejar la enseñanza y dedicarse a las clases particulares para los niños con dificultades.


“Era muy difícil captar la atención de los alumnos y es por eso que, frente a una necesidad, empecé a escribir las palabras de manera entretenida y, por ejemplo, tildar la palabra relámpago con un rayo, o explicar que accidente se escribe con doble ‘C’, porque en la primera C ocurrió el accidente y en la segunda llegan los bomberos y los policías a ayudar”, explica Martínez.


Como vio que el método era realmente efectivo y que sus alumnos se sacaban buenas notas en los dictados, en 2012 se lanzó con un set de naipes con el que enseñaba a detectar errores ortográficos jugando. Se dio cuenta de que la ortografía entretenida prendía entre los pequeños, así que se decidió hacer un par de juegos más.


Cuando vio que de esta idea podía hacer un negocio, se entusiasmó con una oferta de la librería Masterwise, a la que le vendió su stock de naipes en 2013. Para ser sus dos primeros años de emprendimiento, no le fue mal: vendió 10 y 15 millones de pesos, respectivamente.

Pero esta profesora-empresaria se quedó con “el bichito” de crear otro producto. Ahí nació la idea de los libros. Tras 12 meses de trabajo de confección, a principios de 2014 lanzó su empresa “Mira y Escribe”, que se dedica a hacer material en base al método ortográfico visual, en que los niños asocian la letra con dificultad ortográfica a una imagen.


“Son libros que enseñan entre 122 y 202 palabras cada uno. Todos basados en el currículum del Ministerio de Educación, donde aparecen las reglas ortográficas, pero sin necesidad de aprenderlas de memoria. La idea es algo que sea más ameno para los niños”, explica Virginia.

Alumnos vs profesores.


Aunque había demostrado que los libros funcionaban, explicar el método y hacer entender a los profesores que a través de lo simple se capta mejor al alumno, fue una tarea difícil. Según Martínez “no se atreven a innovar”.


Es por esto que desde mediados de 2014 empezó con una campaña en colegios donde tenía la posibilidad de hacer una clase y así demostrar lo rápido que aprenden los niños.


“De hecho, en un colegio me pasó que les enseñé el método a los alumnos y, al final de la clase, hice dos grupos: niños versus profesores. Y para sorpresa de todos, los alumnos obtuvieron más respuestas correctas en el dictado”, cuenta.


Aparte de las escuelas, Martínez se hizo habitué de las ferias: “me ayudan para hacerme conocida; aparte, es distinto comprar el libro en una librería a que te lo venda yo, porque te puedo explicar mejor cómo utilizarlo”.


El esfuerzo valió la pena. Sus ventas subieron a $25 millones el año pasado y para este prevé llegar a los $60 millones.


Emprender siempre es una decisión difícil, cuenta Martínez, quien dice que ella lo vio como una necesidad. “Es increíble lo mal que escribimos los chilenos, y no solo los niños. Por esto es que estoy feliz de poder ayudar y más aún en un tema que me apasiona como es enseñar”.


Para este año, Martínez está en conversaciones para diseñar juegos digitales en base al método ortográfico de Mira y Escribe, y poder presentarlos a un fondo concursable. “Es mi máximo desafío para este año, porque hoy todos los niños cuentan con aparatos electrónicos y se podrían hacer cosas entretenidas con el fin de enseñar”, comenta.


Fuente La Segunda

 
 
 

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